La fragilidad del Sultán
Claudio Soto Economista jefe Banco Santander
- T+
- T-
Claudio Soto
Cual teleserie, las noticias desde Turquía nos muestran una historia que comenzó a gestarse hace ya un buen tiempo, pero que en los últimos días ha acentuado su tensión dramática.
Turquía es un país especial. Por su posición geográfica constituye una pieza estratégica clave para Occidente, y por su tamaño es una de las mayores economías emergentes, comparable a México. De manera gradual, pero progresiva, su economía ha acumulado una serie de desequilibrios que la han puesto en una situación vulnerable.
El país creció a tasas elevadas en años recientes, impulsado por una política fiscal agresiva. Como resultado, el déficit público subió, la cuenta corriente se deterioró y la inflación avanzó significativamente. También ha sufrido un deterioro institucional, que se agudizó en las últimas semanas después de la reelección de Recep Tayyip Erdogan como Presidente. Una de las cosas que más ha generado inquietud en los mercados han sido sus continuas interferencias con las decisiones del Banco Central (BCRT), que han minado la credibilidad de este último. Tampoco ha colaborado el nombramiento de su yerno como ministro de Hacienda.
El deterioro de los fundamentos macroeconómicos y la debilidad institucional hicieron que el país quedara expuesto a un descalabro ante el menor ruido. Y éste llegó el viernes pasado, cuando Estados Unidos anunció la imposición de aranceles al aluminio y acero turcos, como forma de presión política por el encarcelamiento de un misionero estadounidense. Así las cosas, entre el jueves pasado y el lunes de esta semana, la lira se ha depreciado casi 45% y el CDS a cinco años ha subido más de 200 puntos base.
Los bancos turcos están bien capitalizados y, en general, bien calzados. Sin embargo, el sector corporativo ha aumentado de manera sostenida su deuda en moneda extranjera y, por lo tanto, es muy sensible a lo que sucede con la lira. En las últimas horas, el BCRT anunció una línea de emergencia para hacer frente al temor de una escasez de divisas. Sin embargo, las reservas internacionales de la institución no son holgadas. Los siguientes pasos probablemente serán imponer restricciones cambiarias, elevar la tasa de interés y tocar la puerta al FMI para acceder a fuentes adicionales de financiamiento y, de esa manera, evitar que los problemas de liquidez se transformen en una crisis de solvencia más profunda.
Está por verse cuánto se demorará Erdogan en moverse en dicha dirección. Hasta ahora, sus declaraciones apuntan exactamente en la dirección contraria.
¿Cómo afectará la crisis turca a la economía mundial y a Chile? La exposición comercial y financiera de los principales países europeos —los vecinos próximos de Turquía— es relativamente acotada, por lo que el impacto por ese lado sería menor. El mayor riesgo es que, por la vía de las expectativas, se contagien otros países que se encuentran en una situación frágil. Sin ir más lejos, ayer Argentina sufrió una importante depreciación del peso y el BCRA sorpresivamente subió la tasa de interés hasta 45%. Por distintos mecanismos, eso podría expandirse a otras economías emergentes y arrastrar a Chile.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en la crisis asiática a fines de los 90, nuestro país cuenta con un marco de políticas macroeconómicas robusto y un tipo de cambio flexible que le permiten enfrentar turbulencias como las que estamos observando. Por lo mismo, los efectos no debiesen pasar a mayores, aunque no es descartable que podamos sufrir algún coletazo de esta teleserie en desarrollo.